sábado, 23 de febrero de 2013

DJANGO DESENCADENADO.



 Ambientada en los estados del Sur estadounidense dos años antes de estallar la Guerra Civil, Django, un esclavo cuyo brutal pasado con sus antiguos dueños le lleva cara a cara con el cazarrecompensas de origen alemán, el Dr. King Schultz. Schultz le sigue la pista a los hermanos asesinos Brittle, y Django es el único que podrá llevarle hasta ellos. El poco ortodoxo Schultz compra a Django con la promesa de dejarlo en libertad tras capturar a los Brittle – muertos o vivos. 

Tras la exitosa misión Schultz deja en libertad a Django pero ambos optan por no separarse y seguir el mismo camino. Con la ayuda de Django, Schultz emprende la búsqueda y captura de los delincuentes más buscados del Sur. Según va puliendo sus capacidad como cazador, Django se centra en su única meta: hallar y rescatar a Broomhilda, la esposa que le arrebató el tráfico de esclavos muchos años atrás. 

La búsqueda de Django y Schultz los guiará en última instancia a Calvin Candie, el propietario de “Candyland,” una infame plantación donde los esclavos son preparados por el entrenador Ace Woody para luchar unos contra otros por diversión. Al reconocer la propiedad bajo pretensiones falsas, Django y Schultz levantan la sospecha de Stephen, el esclavo doméstico de confianza de Candie. Ahora siguen sus pasos, y una despiadada organización se les aproxima. Si Django y Schultz quieren escapar con Broomhilda, se verán obligados a escoger entre la independencia y la solidaridad, el sacrificio y la supervivencia …




OPINIÓN PERSONAL

Esta película me pareció digna de comentar, pues al salir del cine no me quedé nada indiferente, de hecho, me dio mucho que pensar. Durante la película, hay varias escenas que son una crítica al racismo, porque Django, al ser negro, es tratado con inferioridad por los demás, incluso hasta por personas de su misma raza. Yo nunca entenderé el por qué del racismo, porque qué tendrá que ver el color de la piel de una persona con su capacidad para pensar o para gobernar un lugar, porque por supuesto, en esa época era impensable que un negro gobernara algo, aunque fuera un trozo de tierra, y ahora una persona de raza negra gobierna un país. Me alegra pensar que en algunos lugares el racismo ya se esté superando, pero me entristece ver que en otros aún no se han dado cuenta de lo injusto y poco razonable que es.
 En la antigüedad había una ley muy estricta sobre los esclavos negros que me parece atroz y sádica. Si se parasen a pensar un momento y no se dejaran llevar por la sociedad injusta de aquellos momentos de la historia, tal vez, y sólo aquellos que poseyeran una mente bastante abierta, habrían descubierto que el racismo no tiene razón de ser y que a los que habría que matar es a ellos mismos, porque qué les hicieron los negros a ellos, ¿ ser de diferente color? Eso no es un delito ni una ofensa. Si la máquina del tiempo que hicimos en el carnaval funcionara, yo viajaría en el tiempo y me llevaría conmigo una gran cantidad de pintura negra permanente para embadurnar a cada uno de los hombres blancos que se creían superiores que los demás. De esta manera, cuando despertaran todos  serían iguales y ya no sabrían quién era negro de verdad y quién no, y tal vez así se hubieran dado cuenta de la estupidez que es el racismo y de los motivos incoherentes que puede tener, porque TODOS somos iguales, y eso es algo que no debemos olvidar.

sábado, 9 de febrero de 2013

Gracias y lo siento.




Hoy es un nuevo día, ¿ de verdad? Porque para mí todo sigue igual que ayer, exactamente igual. A veces pienso que el tiempo no pasa, que se ha detenido, que las cosas no cambian, pero entonces me miro al espejo y ya no veo a aquella niña ingenua que creía en las hadas, veo a una persona totalmente diferente que ya no cree en nada. ¿ Cómo puede ser que nada más despertar me hayan dado una mala noticia? No puedo ni imaginar cómo acabará el día... Ese nuevo obstáculo que se me ha planteado me ha hecho pensar en la amistad. ¿Qué es la amistad? Para mí un amigo, uno de verdad, es aquél que te dice que las cosas van mal, que tú estás haciendo algo mal y que debes de cambiar, no aquél que se ríe y te anima a seguir haciendo esas cosas que tanto le divierten pero que tanto mal te están haciendo. En fin, es cierto que es difícil coincidir en las formas de pensar y en los gustos, pero, ¿qué sería de nosotros si todos fueramos iguales? El mundo sería aburrido y el amor no existiría. Sé que a veces me comporto de manera extraña, pero es que a veces no sé cómo comportarme, me esfuerzo tanto en que los demás sean felices que se me olvida serlo yo, tal vez, ese es mi problema. Lo siento por todas esas personas que se han sentido abatidas cuando las he gritado. Lo siento por todas esas persons que han llegado a su casa llorando porque no encontramos ninguna forma de estar de acuerdo. Lo siento por todas esas personas que están cansadas de oírme decir que soy siempre la mala. Y lo siento por mí, por no encontrar la persona que quiero llegar a ser, por intentar buscarla por todos los medios y por hacer de mí una persona insegura. Pero también debo decir que de no ser por esas cosas yo no sería yo, sería otra persona totalmente distinta, tal vez mejor o tal vez peor, pero otra persona al fin y al cabo. Por último, dar las gracias a esas personas que siempre han estado ahí, en los buenos y malos momentos y que no me han fallado NUNCA, porque sois muy importantes para mí de verdad. Y para esos que alguna vez me han decepcionado, pero que siguen aquí conmigo demostrándome que eso es parte del pasado, a esas personas les doy las gracias también. Y a ti, que sé que lo estás leyendo, quiero decirte que lo siento, pero que yo ya no puedo cambiar más, de verdad, ya me he estirado lo máximo posible, y si alguien tira más de mi me voy a romper. Gracias y lo siento.

viernes, 8 de febrero de 2013

La decisión de mi vida.


Fue en uno de esos momentos en los que me sentía especial, diferente a los demás, cuando decidí parar un momento y fijarme en todo lo que me rodeaba, darme cuenta de que todo es mucho más bello y especial de lo que parece a simple vista. Fue entonces cuando empecé a escuchar y no sólo oír. Fue entonces cuando escuché el crujido que producían mis pies en el parqué al presionar cada una de las pequeñas fibras de madera que lo formaban. Fue entonces cuando escuché el tintineo de la campanilla que actuaba como timbre, pero esta vez mi invitado era el viento, ese que tantas veces me ha hecho helarme de frío en invierno y al que he venerado en verano. Fue entonces cuando escuché el roce de las ramas de los pinos que yo misma planté detrás de la casa cuando aún era feliz. Fue entonces cuando me di cuenta de que nada de lo que pudiera pasar a continuación podría mejorar o empeorar mi vida, porque mi vida no era nada, absolutamente nada. ¿Qué era yo sino un fantasma encerrado en un cuerpo? ¿Qué era yo sino un grano de arena en el fondo de los océanos? Yo no era nada, esa es la realidad, y por eso, y por otras razones que ni yo misma sé, tomé la decisión más difícil de mi vida, y a la vez la más fácil. Fácil porque decir sí siempre ha sido fácil, digan lo que digan. Sí es una palabra, una maldita palabra, pero que si te sumerges en ella hay miles de consecuencias, unas buenas y otras no tanto... Después de pronunciarla mi vida cambió, al principio no cambió ni para bien ni para mal, simplemente cambió, y yo lo noté, como cuando alguien te está mirando fijamente y tú te das la vuelta para descubrir que efectivamente esa persona te estaba mirando, como cuando sientes que algo va mal y de repente suena el teléfono para darte esa mala noticia que sentenciará tu presagio. Os advierto de que en este texto no todo es verdad, pero tampoco todo es mentira, vosotros seréis los que lo decidáis, lo dejo en vuestras manos.