Estaba yo un día en el cine viendo la nueva película de Superman, cuando un hombre metió su mano en mis palomitas y comenzó a comérselas. Le miré, pero en la oscuridad no saqué ninguna conclusión sobre su físico. No le dije nada porque dudaba si era uno de mis amigos tomándome el pelo, un rato después dijo:
- ¿No te parece que Superman es el hombre perfecto?
- No, creo que esa perfección no existe.
- Quitándole los poderes, es un hombre fuerte, está más allá del mal y del bien, no hace caso de los prejuicios de la gente y se ríe de aquellos que creen en los valores sobrenaturales. Es perfecto, todo el mundo debería ser como él.
- Sí, pero si le quitas los superpoderes ya no sería Superman.
- Sería el superhombre, aquél que ha acabado con Dios y que crea los valores contrarios a los del cristianismo, porque este es el que domesticó al hombre. Así el superhombre es aquél que se afirma en el devenir de la vida y que es tan fuerte que no tiene que refugiarse por los sucesos trágicos que tengan lugar en su vida.
- Es cierto que a Superman le pasan muchas cosas malas, pero él sigue siendo fuerte y defendiendo a la humanidad, protegiendo la vida.
- Sí, porque la vida es lo más importante, yo amo la vida, soy un vitalista, porque antes creía en la vida en un sentido apolíneo, el orden, pero más adelante me di cuenta de que esta forma de vida era precisamente con la que había que acabar para acabar defendiendo una vida en sentido dionisíaco, en la que la orgía es la culminación de la vida, es decir, se deben exaltar los instintos.
- ¡Qué teoría más rara!
- No querida, simplemente digo que el hombre debería dejar de refugiarse en un Dios que él mismo ha creado por miedo a admitir sus cualidades, para así llegar a ser el superhombre, el hombre perfecto, y se crearía una sociedad perfecta, en la que no hay sitio para la debilidad y el cristianismo.
- Bueno, la peli ya está acabando, quiero saber el final al menos.
- Seguro que el final es el triunfo del superhombre, por eso me gusta tanto esta película.
Y así fue, la película terminó con el triunfo de Superman, que consiguió salvar a la humanidad de nuevo. Como otras veces, aquel pintoresco personaje que hablaba de cosas tan disparatadas y era un fan incondicional del personaje de cómic, desapareció sin dejar rastro.
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